Como buenos
maestr@s que somos (bueno casi) tenemos
la oportunidad de sembrar en nuestros pequeños alumnos la preocupación y el
interés por cuidar nuestro mundo. Al igual que les enseñamos otros tipos de
hábitos, como los de higiene personal
por ejemplo, debemos enseñarles hábitos de conservación del entorno.
Lo primero que
tenemos que hacer es saber diferenciar los conceptos reducir, reciclar y
reutilizar.
Con reducir nos
referimos a hacer menor gasto de recursos, no malgastarlos ni por supuesto
desperdiciarlos. En ocasiones cuando algo se rompe o estropea preferimos
cambiarlo por algo nuevo antes que arreglarlo. Debemos aprender a conservar
nuestros bienes y recursos, a no llevarnos aquello que no vayamos a consumir
para que no se desperdicie y a no malgastar
recursos y energía. Debemos concienciar a nuestros niños para que cuiden sus cosas, que sean responsables y las
conserven. Podemos enseñarles que con pequeños gestos como no usar más agua de
la que necesitamos en los grifos y apagar la luz cuando esta no haga falta
cuidamos el medio ambiente, además de ahorrarnos un dinero.
El reciclaje
conlleva un proceso un proceso, o tratamiento al material de desecho que
queramos reciclar, para que este puede volver a ser utilizado en la creación de
nuevos artículos. En nuestras manos está enseñar a los niños a separar los
diferentes desechos para que el proceso de reciclaje sea posible por parte de
las empresas de gestión de residuos. Con diferentes iniciativas como colocar
distintos cubos para cada tipo de residuo o mostrar qué residuo va en cada uno
de los contenedores. Es importante hacer esta tarea de forma motivadora y
atractiva para los pequeños usando recursos como estos.
Por último debemos
hablar de reutilización, es en este caso en el que los maestr@s somos unos
expertos. No es extraño ver en las aulas de Educación Infantil numerosos
materiales que han sido realizados aprovechando elementos procedentes de
objetos que ya han sido usados. De esta
forma aprendemos que algunas cosas pueden volver ser útiles, aunque sea con
otros fines al original, haciendo algunos arreglos o modificaciones.
Tenemos mucha
influencia sobre nuestros alumnos, cosa de la que a veces creo que somos poco
conscientes, nuestros propios actos son el modelo a seguir por los niños. Por ello
debemos ser siempre coherentes para que nuestras acciones se correspondan con
nuestras enseñanzas.
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