Al fin hemos empezado las clases prácticas
de la asignatura y con ellas las experiencias. En esta primera sesión hemos
realizado dos ejercicios relacionados con el funcionamiento de la visión y cómo
podemos engañar a nuestro cerebro con sencillos juegos.
Las dos experiencias son muy
sencillas, se pueden realizar con pocos materiales y de manera rápida, lo
cierto es que me parecen muy adecuadas para ponerlas en práctica con alumnos de
Educación Infantil.
Creo que a la hora de hablar de
ciencias en Educación Infantil las primeras reacciones son de rechazo, solemos
pensar que es algo demasiado complicado para niños de tan corta edad. Sin embargo
nada queda más lejos de la realidad, las experiencias que hemos realizado han
sido muy fáciles y su explicación es perfectamente asumible por nuestros
pequeños alumnos. La clave de todo está en simplificar, si adaptamos las
explicaciones y empezamos a enseñarles ciencias desde lo más básico como uno de
nuestros sentidos, en este caso la vista, atraeremos a los niños al mundo
científico. Para ello además debemos realizar los ejercicios de forma atractiva
que llame su atención y que incite a los niños a querer aprender.
En el primer experimento hemos
podido ver cómo repentinamente aparecía un agujero en la palma de nuestra mano.
Sólo necesitamos un folio enrollado por el que poder mirar, fijar la vista en
un punto lejano con el rollo de papel en uno de los ojos y los dos ojos
abiertos, muy importante. Ahora acercamos la mano con la palma hacia nosotros y
la colocamos junto al cilindro, deberíamos ver algo parecido a esto:
En la segunda experiencia hemos jugado con un dragón de
papel que nos seguía la mirada e incluso gira la cabeza para mirarnos. En este
caso hemos montado un dragón de papel en 3 dimensiones recortándolo y doblándolo
según las instrucciones, jugando con la
perspectiva y las formas cóncavas y convexas el resultado es el siguiente:
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