Tendemos a
pensar en el estudio de las ciencias como una serie de asignaturas complejas
sin relación con nuestra vida diaria, sin embargo nada queda más lejos de la
realidad. La ciencia forma parte de nuestro día a día y mediante su estudio
podemos conocer mejor el mundo que nos rodea y su funcionamiento.
Mediante la
enseñanza de las ciencias en la Educación infantil los alumnos y alumnas
aprenderán a conocer mejor el entorno en el que viven, así como a conocerse a
sí mismo (sus capacidades, posibilidades y limitaciones).
Les ayudará a
desarrollar un pensamiento crítico y reflexivo ya que en las ciencias nada se
acepta sin ser cuestionado y contrastado.
Aprenderán a
utilizar apropiadamente el lenguaje, lo que es necesario para que puedan
comunicar y expresar sus ideas, experiencias y razonamientos.
Se desarrollará
su creatividad, al intentar dar una explicación ante los fenómenos que los
niños y niñas observarán y experimentarán en las clases.
Se fomentará
en los pequeños y pequeñas la resolución de conflictos, ya que en el mundo
científico para dar una idea como buena se requiere, además de pruebas
contrastables, el consenso de la comunidad científica( en este caso nuestra
aula).
Es importante
añadir que el estudio de las ciencias a edades tempranas favorecerá el
aprendizaje de ideas más complejas y abstractas que se estudiarán en cursos
superiores. Y que pueden ser la base para los futuros científicos e ingenieros
que estaremos formando.
Sin embargo
somos, en muchas ocasiones, los propios maestros los que no les damos a las
ciencias el lugar que les corresponde en la Educación Infantil. En ocasiones incluso
llegamos a intentar impartirlas de una forma demasiado teórica, sin tener en
cuenta que la práctica y la experimentación directa son la mejor forma de
aprendizaje. Siguiendo los valores del cuento “¿Por qué le creció la trompa al Elefante?” debemos tener en cuenta que:
·
Ser curiosos no es un defecto: normalmente la
curiosidad es castigada, a veces no nos
damos cuenta de que al rechazar la curiosidad de nuestros alumnos y alumnas
hacemos que pierdan su interés por aprender.
·
Debemos fomentar el interés por dar respuesta a
las preguntas que se hacen sobre su entorno: Así ayudaremos a mantener su curiosidad
e interés por conocer.
·
Cuando hay un fallo o fracaso debemos tomarlo
como una forma de aprendizaje o superación, no como algo negativo o que deba
ser castigado.
·
Es importante buscar la respuesta en el núcleo
del problema: cada individuo debe ser protagonista de su propio aprendizaje y llevar
a cabo sus propias investigaciones y experiencias, no quedarnos en aquello que
otros han realizado con anterioridad.
·
La investigación conlleva riesgos: es necesario
ser conscientes de ellos y enseñar a los alumnos y alumnas a tomar las medidas
necesarias de precaución para minimizarlos.
·
Siguiendo estas pautas el resultado puede ser
muy positivo.
Como conclusión,
en mi situación como futura maestra, creo que para ser una buena docente y
poner todas estas ideas en práctica debo ser yo misma la que aprenda sobre
ciertos aspectos como:
·
Saber cuáles son los mejores temas y métodos
para enseñar a mis alumnos y alumnas en función de sus características.
·
Tener la oportunidad de conocer diferentes
proyectos que ya se hayan puesto en práctica, para conocer su funcionamiento,
ventajas e inconvenientes si los hubiera.
·
Incluso qué nuevas aportaciones podríamos
realizar mediante la elaboración de nuestros propios materiales didácticos.